miércoles, 25 de octubre de 2017

"Soy un faite que trabaja por la legal"

Palomilla, creativo, pendenciero, audaz. Jonathan Maicelo no ha doblado las rodillas y está muy lejos de besar la lona. Revela que llorar por una derrota es niñería.
Ese parche en el ojo izquierdo no es la huella que dejó aquella derrota dolorosa, en el ‘Madison Square Garden’, ante el mexicano Raymundo Beltrán. Es producto de una operación por una presión ocular. Con unos lentes claros, el ‘Rocky de los Barracones’ parece no haber sentido los golpes de un nocaut traumático. Jonathan Maicelo golpea sin tocar a nadie, pero derrumbando a todos.



¿Te quebraste después de la derrota?

Lloré cuando murió mi abuela.

Algunos se vienen en llanto...

Son niñerías.

¿Qué hiciste?

Renegué.

¿Faite?

Pero que trabaja por la legal. Un ‘bad boy’ que hace bien las cosas.

¿Pendejo?

Para hacer monedas.



¿Por qué no estabas concentrado antes de la pelea?
Si me quedo solo, me desgasto mentalmente pensando en el rival.

¿Por eso entraron chicas?

Estaban mis entrenadores y amigas. Yo estaba relajado, echado en mi cama.

¿Mejor era estar desconectado?

Los jugadores están en mancha y riendo.

¿Se te fue la mano con Phillip Butters?

Odio a todos los que hablan m...

¿Te agrandaste?

La humildad no tiene nada que ver con la paciencia.

¿‘Parchas’ a cualquiera?

Si el presidente me ataca, también lo enfrento.

¿‘Héroe’ de la gente?

Soy eterno en el corazón del pueblo.

¿Antes de la fama, fuiste ganador con las chicas?

Siempre tuve mi ‘flo’.

Si fueras Paolo Guerrero y te cruzas con Christian Meier, ¿le pegas al ‘Zorro’?

Mujeres hay un montón.

¿Te ‘mechaste’ por alguna chica?

La única vez fue cuando a mi mujer le han querido faltar al respeto, y lo partí en dos al malcriado.

¿Te metiste con la firme de un ‘bandido’?

No. En el Callao te hacen más ‘huecos’.

¿Y siempre ‘protegiéndote’?

El ‘ponchito’, para evitar al ‘sicario’ (Sida).

¿Una promesa cumplida?

Les dije que tendría mi gimnasio, viviría allí y lo logré.

¿Trabajas con chibolos?

Apoyo a los de bajos recursos, pero que sean buenos estudiantes.

¿Y les das alimentación?

Les doy todo el apoyo para que entrenen, pero estoy buscando empresas.

Otro ‘enemigo’ que te has ‘ganado’ es Mario Hart...

Estamos hablando de deporte y cultura, él no tiene nada que hacer acá.

Duermes en tu gym, ¿extrañas ‘San Judas’?

Siempre, pero acá estoy tranquilo, no gasto en pasaje para ir a trabajar.



¿Nadie te acompaña en tu dormitorio?

Solo los fantasmitas, porque acá penan harto.

¿Y no sales arrancado?

Eso es mejor que escuchar las balas nocturnas de mi barrio.

Imagino que el boxeo no ha acabado en tu vida...

Viajo rumbo a Estados Unidos y en noviembre vuelvo a pelear en el Madison Square Garden.



O sea, sigues de pie...

Chalaco que no pelea, no merece haber nacido en el puerto.

Los sábados te vengas con la comida y te empujas tus platazos...

Es que ya me toca, aunque las cosas cambiaron...

¿Desde Gastón Acurio?

El hombre la cag... en algo.

¿En qué?

Por su culpa salió eso de ‘gourmet’ y ahora los platos se sirven como postre.

Una última frase de tu creatividad...

Tárdate de a poquito.



¿Por qué a los gays los bautizaste como ‘choclos’?

Son desgranados, ya sabes de dónde.

¿Estás positivo?

Al cien por ciento.

¿Y el corazón?

Solo contra el mundo y acompañado por el de arriba.

¿Las nenas?

Primero soy padre que hombre.

¿La lección aprendida?

Perdí amigos, pero no me importa, porque sé realmente quiénes están conmigo.

Entonces venga el abrazo, porque los lectores de Trome siempre están al tanto de tus pasos...

Trome es mi casa. El diario es como yo, de barrio y elegante.

Este boxeador es de los que parece no bajar los brazos, incluso cuando el juez ha contado hasta diez. Asume con total convicción la frase del periodista mexicano José Gilberto Guerrero: ‘La pasividad y la mansedumbre no implican bondad, como la rebeldía no significa salvajismo’.


Psiquiatra Humberto Castillo: " El Fútbol es una terapia"

Las personas buscamos oportunidades para expresar nuestras emociones, ya sean de felicidad, alegría, cólera, miedos y hasta frustración; y el fútbol es una gran oportunidad para liberar todo esto. Por ello, muchos consideran al "deporte rey" como una "terapia emocional".
" El fútbol genera un aprendizaje emocional muy enriquecedor. El fútbol puede llevar a la felicidad más grande como a la pena más intensa; sin embargo, después de eso,volvemos a creer y volvemos a ilusionarnos, creemos en una nueva oportunidad de ver a nuestra selección triunfar y eso nos hace felices".
El triunfo de la selección de un país puede impactar favorablemente en la salud emocional del colectivo.
La psicología destaca la magia del fútbol, que conforma una comunidad y crea una identidad. Si bien el fútbol no resuelve problemas, puede llegar a ser una muy buena terapia social.
Para Castillo, el fútbol es una metáfora de nuestra propia vida, pues siempre estamos luchando, en competencias pero a la vez cooperando con el próximo. Siempre tratamos de salir adelante en equipo pese a todo.

En el libro “Psicología e Impacto Emocional de los Deportes en los Espectadores” (2001), se mide el poder que puede llegar a tener el fútbol para aumentar la autoestima de un país.

Hay cinco ideas que refuerzan los efectos del fútbol y de otras disciplinas deportivas: desde el hecho de ser hincha perteneciente a una comunidad establecida, el sentido propio de pertenencia que genera una sensación de bienestar del individuo y del grupo que da identidad; hasta el lenguaje generacional común capaz de conectar a todas las edades, ser parte de un espacio seguro donde el miembro puede expresar sus emociones y el hecho de poder experimentar el éxito de los ganadores, lo cual motiva a decir “si ellos pueden, yo también”.

En la psicología de masas se resalta el fenómeno del fútbol, capaz de elevar el autoestima de un país y de generar un sentimiento colectivo capaz de avanzar incluso frente a las adversidades.

Aparte de todo esto, el ser humano debe expresarse y el fútbol permite canalizar sentimientos de entusiasmo y alegría ante los triunfos, pero también de frustración ante las derrotas.

“El fútbol es una terapia social porque nos permite expresar, sentir y aprender a vivir tanto éxitos como fracasos”, explica el médico psiquiatra Humberto Castillo. “La expresión de la alegría dinamita la mente y el cuerpo. Se activan neurotransmisores y hormonas, el lado más saludable de la gente. Después de una alegría estamos más sanos”.

Esta posibilidad de vivir el disfrute de manera colectiva es una gran oportunidad de conducir el ánimo de la gente, así como la frustración también es un gran maestro que aparece en la derrota.
“El fútbol es como una metáfora de la vida, con sus triunfos y fracasos. La magia de este deporte es que podemos salir rápido de la derrota, pasar a la expectativa y luego al sueño”.

Finalmente, también es un gran elemento de integración que permite formar una comunidad y crear identidad.